LOTERÍA DE ANIMALITOS ¿Diversión o salida a la crisis económica?
- Licda. Leidy Mariam Seijas
- 25 jul 2015
- 2 Min. de lectura

Diariamente se observa no solo en calles y avenidas de Puerto Ayacucho, sino en oficinas de Instituciones tanto públicas como privadas y en casas de familias a personas con la llamada Dupleta de la Lotería de Animalitos, como popularmente se conoce este juego de azar y es que ha pasado de ser un juego más para convertirse en una alternativa al desempleo y al “rebusque”. No importa la edad, sexo, profesión u oficio, ni lugar, los animalitos están presentes. Muchos desempleados y empleados venden al menos una dupleta diaria con la intención de que luego de hacer el premio les quede algo de dinero para cubrir alguna necesidad. El vendedor de animalitos, luego de adquirir la dupleta debe comenzar su faena: caminar, convencer, vender y hacer el premio como mínimo.
Cualquier cosa extraña o repetitiva que suceda en la cotidianidad, se asocia con una señal, un presagio, lo que hace que las personas escojan el animalito a jugar con la esperanza de que será el ganador. Otro aspecto importante que se debe destacar es que las personas han optado por encontrar esa señal también aplicando estrategias como: interpretar la figura en el fondo de la taza de café, en la multiplicación o suma de números en forma de pirámide, entre otras.
Por eso, al llegar las 4 de la tarde, a pocos minutos para que salga la bolita ganadora, todos los Santos son recordados, tanto por los jugadores como por los vendedores de esta lotería rogando ser favorecidos, ya sea por el animalito jugado o porque le quede el premio al vendedor o en último caso, que al menos reciban una buena propina. Es así como en esos momentos el suspenso se agudiza. Todos comienzan a preguntarse internamente ¿qué animalito saldrá? Muchos corren al Remate (lugar de lanzamiento de la lotería), con la intención de comprar un animalito según el dato de última hora o de vender los que nadie compró.
Finalmente, cuando cantan el número del animalito ganador, afloran diferentes sentimientos según sea el caso de cada quien. Unos gritan de alegría porque ganaron, otros tristes porque perdieron o no hicieron el premio y deben pagar completo. Mientras unos dicen molestos: ¡no juego más! otros ya comienzan el análisis para encontrar la mejor opción para el siguiente sorteo y así vuelve a renovarse el ciclo. Lo relevante de todo, es que este juego de azar representa una oportunidad para palear la fuerte crisis económica que se vive actualmente, sobre todo en esta bella ciudad ayacuchense, ya que es la actividad comercial que les permite a las personas llevar el sustento diario a su hogar.
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