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INJUSTICIAS SOCIALES.

  • Abel David Barrios Matos
  • 2 sept 2015
  • 4 Min. de lectura

“Todos teníamos un plato en la mano y comíamos desaforadamente. El Comandante, vestido con su habitual traje militar nos dijo: “el chef ha preparado comida como para 800 diplomáticos, pero ustedes son la mitad”. Mis ojos comenzaron a abrirse asombrados, ante aquella expresión tan distanciada de la realidad del país, que vivía un terrible momento económico”.


Esa noche se encontraba ese delegado estudiantil, de la Cuba de 1990, en aquel magnífico salón de mármol negro, con enormes helechos en medio de las rocas. Le pareció haber dejado el mundo real y estaba en otra dimensión. Habían enormes mesas, con finos manteles y cubertería plateada. El local estaba dividido por secciones. La mesa caliente tenía todo tipo de carnes, pescados, y especies, que él no podía describir, pues jamás los había visto. Las otras mesas ostentaban la mayor variedad de quesos que pudiera imaginar. Una estación proponía opciones para crear pastas, otra, ensaladas, vegetales. Ni hablar de panes, dulces, vinos, licores, golosinas.


Cierro los ojos, me concentro y veo reflejada en mi mente, el salón comedor y en ella las mesas servidas en los apartamentos o casas de los Directores de la Alcaldía del Municipio Atures del Estado Amazonas, o el de su Jefa, la Alcaldesa, quienes devengan buenos sueldos, no dudamos, merecidamente. Allí abunda la comida.


Sus mascotas, afortunados canes, están redondos de grasa, por la ingesta de buenos alimentos y la merienda de lo que no alcanzaron consumir sus afortunados dueños, quienes, según nos hemos enterado por las redes sociales, han sido “premiados” con un nuevo aumento de Bs. 11.000.oo mensuales, para devengar Bs. 42.000.oo, o algo más. Tenemos entendido que alguno o algunos devengan otros emolumentos provenientes de otras instituciones de donde fueron jubilados.


En cambio, los ex Directores jubilados de la Alcaldía de Atures, nos han negado nuestro derecho a un aumento, a pesar de continuos pedimentos de una homologación justa. Algunos devengamos solamente una cuarta parte del sueldo actual, que ostenta el cargo con el que fuimos jubilados. Tengo entendido que existen otros casos peor remunerados. ¿Eso no es una soberana injusticia?


Así como ellos adquieren el dinero para sus continuos aumentos de sueldo, ¿Por qué no, para la homologación de las pensiones de los jubilados? ¿No es eso mezquindad e injusticia?


Mientras esto transcurre en uno de los estamentos gubernamentales de la Venezuela de hoy, donde sus protagonistas se quejan y plañían, según ellos, estar relegados de recibir más dinero. Nos preguntamos ¿cómo será donde llegan la mayor cantidad de divisas provenientes de nuestro petróleo?


¿Qué ha cambiado? No lo vemos claro. ¿Cambiaría aquello de que el servicio doméstico, chofer o jardinero de algunos Directores, forman parte de la nómina de obreras y/o obreros de la Institución?


No negamos que a nivel nacional nosotros, los patas en el suelo, hemos obtenido algunos beneficios. Sería mezquino de nuestra parte no reconocerlo. Las migajas de algunas gotas de petróleo sobrante. Me refiero al pago de las pensiones homologada al salario mínimo.


Mientras comparamos lo del delegado estudiantil cubano, con muchos conciudadanos de la tercera edad, ex funcionarios públicos quienes ocupamos cargos en el trayecto de nuestras vidas y por ello no pudimos dedicarnos a otras actividades, donde hubiésemos logrado una vejez tranquila, no obtenida ahora, a causa de las INJUSTICIAS SOCIALES, implementadas por los protagonistas gubernamentales, faltos se sensibilidad humana, sin duda que es similar.


De nada nos valió servirle a la patria desde nuestras distintas posiciones, por treinta o muchos años más. Para llegar a una vejez de privaciones. Esta es la VENEZUELA, que necesita una verdadera revolución, una revolución vernácula, no copias de modelos experimentados y fracasados a través de la historia en otras partes del mundo. Una revolución donde exista una verdadera justicia social, sin miramientos de creencias religiosas o de políticas partidistas


Mientras “la caravana pasa”, vemos una vez a la semana, a varios anciano con 84 años o más a sus hombros, bastón en mano derecha, paragua en la izquierda, sentado sobre un taburete, en una larga cola, esperando su turno para acceder a obtener las mínimas cantidades de productos alimenticios, en un establecimiento gubernamental, cuasi limosnas socialistas, para poder alargar la miseria que devengamos, para adquirir sobre todo arroz, alimento, que igual al estudiante en referencia, junto con el huevo, lograba alimentarse para sobrevivir con su familia, en la Cuba de 1990. Acá en la Venezuela del 2015, comer huevo es para los Directores. Una unidad es más cara que el kilo de arroz. Esos ancianos, en su mayoría, son los jubilados de la Alcaldía del Municipio Atures.


Y vemos pasar, varias damas, con caminar pausado, la tez arrugada y quemada por el sol, cartón de loterías y lápiz en mano, ofreciendo animalitos, para poder comprar parte del sustento diario. Lejos quedaron aquellos días, cuando las veíamos venir vestiditas, pintaditas, con cartera sobre el hombro a sentarse en su oficina a cumplir fielmente con sus obligaciones laborales….Ella fue una excelente trabajadora de la Alcaldía…. Hoy una jubilada más, de la Alcaldía del Municipio Atures. Igual calamidad padecen varios ancianos de la ex nómina menor de la citada Alcaldía. A pesar de que gozan de algunos beneficios de la Contratación Colectiva o Convención Colectiva, como ahora se le llama. A los ex--Directores, y ex-personal de confianza, no los ampara.


Recuerdo al PRINCIPITO “Solo se ve con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos”


Me pregunto. ¿Tendrán corazón? Probablemente, pero de ¿Qué?...


Les dejo un mensaje, hoy somos nosotros, mañana, serán ustedes.


 
 
 

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