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AMAZONAS: La otra Venezuela.

  • Miguel Guape
  • 15 sept 2015
  • 4 Min. de lectura

Amazonas nunca ha sido Venezuela. Somos otro país como lo definió Ramón J. Velásquez “la tierra de nadie, apta para el saqueo, para el enriquecimiento ilícito”

Este gran venezolano era un gran conocedor y estudioso de nuestra realidad y dejó un libro inédito sobre nuestra situación histórica y geográfica que la retrataba fielmente y se llamaba precisamente. Amazonas: La otra Venezuela. Allí plasmaba la situación pasada y actual, donde desde siempre hemos sido una región relegada, desasistida, explotada, vilipendiada y sus habitantes, la mayoría originarios, fueron exterminados en un genocidio cuando la explotación del caucho y que en la actualidad son sometidos a maltratos y humillaciones por los mismos de siempre: los bandoleros disfrazados de autoridades, en este caso los militares.

En el siglo XIX y XX, fuimos una región expoliada por los gobernadores de turno, que fueron nombrados a dedo por gobernantes de una Venezuela convulsionada y donde prelaba la figura del comerciante bandido para venirnos a gobernar y así resolver su situación económica en base a la explotación y esclavisaje de la raza indígena. Esa gente acabó con los habitantes de Amazonas. Cuando Funes tomó el poder en Amazonas en 1913, al matar al Gobernador Roberto Pulido, alguien tan sanguinario y cruel que se le equiparaba, J.V. Gómez borró (literalmente) al Amazonas del mapa de Venezuela: No molestó a Funes, pero tampoco lo avaló, a pesar de las múltiples e inútiles peticiones. Solamente borró al Amazonas de los anuarios estadísticos que cada Gobernador debe llevar al Congreso Nacional y demás Ministerios y quedamos sin Historia durante este Gobierno de casi 8 años. No existíamos y tampoco éramos necesarios para la Nación.

Actualmente, en el siglo XXI seguimos igual. Aquí vienen a Gobernarnos militares expoliadores a llevarse nuestras riquezas y matarnos de hambre. Como siempre, somos la única entidad del país donde sucede esto. En las otras entidades, no existe el control militar impuesto por el “ejército heredero de Bolívar” que viene aquí solamente a robarnos. Es el pueblo robando al pueblo. Para salir de este país aparte de Venezuela no hay problemas. Imagino que hasta ellos los estimulan para llenarse mejor al regreso de los pobres transeúntes. No es solamente la GNB la que matraquea. Como ahora vivimos al ritmo de los “bachaqueros” los militares se ensañan contra todos los habitantes amazonenses. Hay 6 alcabalas donde roban a los amazonenses sus productos que traen del centro del país en esta economía de guerra y que no se consiguen en Amazonas: Calabozo, a la salida de San Fernando de Apure, Puerto Páez (alcabala del “glorioso ejercito”), Pozón y Provincial, amén de las alcabalas móviles. En plena alcabala de Puerto Páez, comienza la requisa y no se salvan ni los pañales de los niños de pecho. Presencié el caso de una recién parida que les decomisaron los pañales al grito “glorioso” de un soldado:

-¡Capitán, aquí están unos pañales! - gritó con voz marcial un “digno soldado de la república”

-¡Tráelos para acá! – fue la orden caníbal.

Presencié también en la alcabala de Pozón a un GN en busca y rebusque en todos los asientos y forros del autobús en busca de algo de comida. Llegó hasta el propio vidrio trasero y de nada valieron las protestas del chofer del autobús.

Lo peor de todo es que los militares en todas partes piden y buscan lo mismo. Con estas alcabalas siempre en el mismo son, se pierden 2 horas de la vida inútilmente. Pareciera que a los amazonenses lo que les importa es humillarnos, pisotearnos y volvernos a un estado de regresión más primitivo del que actualmente vivimos. Este no es un ejército para “la defensa de la Patria”. Es un ejército de ocupación y nos tratan como si fuésemos un país aparte de Venezuela, porque ese tratamiento se le da es al enemigo vencido. Para tratar de aliviar los males por los cuales pasamos, a veces los mismos pasajeros recogen entre ellos, alentados por el chofer, para reunir entre todos para pagar la vacuna y que no molesten, y eso funciona. Así se demuestra que nuestro ejército es un nido de bandoleros. Verdaderos asaltantes de caminos. ¿Y los jefes regionales? Ellos están ocupados en la explotación de las minas de oro del Amazonas y de otros “negocios más importantes”. Y nos dejan a nosotros a la chusma de soldados hambrientos de abuso.

¿Y la droga que sale del Amazonas? bueno, dicen los mismos transeúntes que las pasan en carros lujosos y no en pobres autobuses, con seguridad militar de por medio.

¿Y los guerrilleros que están explotando nuestras minas? Bueno dicen que son sus socios y como recientemente, saben del bluff del operativo al Yapacana antes de que comience, para esconder las dragas. ¡Claro! ¡Si son pre avisados por los socios!

Antes, aquí mandaban a los castigados en el ejército. Ahora se pelean por venir para acá a robarnos. Son peores que los castigados de antes.

En los otros estados esto no pasa. Aquí sí, pues somos una región tomado militarmente por un ejército de ocupación, que no es Venezuela.


Cronista de Atures.

Los asaltantes “legales” de las carreteras amazonenses.


 
 
 

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